jueves, 16 de diciembre de 2010

domingo, 5 de diciembre de 2010

Zapatilla

Vuelve el frío. En verano nos acordamos de él cuando vemos nuestros pies hincharse por el calor y por la inmovilidad y ahora nos acordamos del verano cuando a todas horas del día, exceptuando unas cuantas horas de la noche, nuestros pies parecen convertirse en témpanos de hielo imposibles de hacer entrar en calor. El invierno de este año parece adelantarse ya que a finales de octubre empezó a dar algún coletazo, con un respiro en la primera semana de noviembre, y que ahora ataca de nuevo y con crudeza, y los pies siguen sin entrar en calor. No tengo controlada la fórmula para evitar esta desagradable sensación de tener los pies siempre fríos. Lo hemos probado casi todo: la extrema, poco económica y poco ecológica estufa a menos de 1 m de los pies que conlleva el peligro de refreirlos, los dobles y hasta triples calcetines, la manta cubriendo nuestros pies y nuestras piernas, etc. El zapato tradicional comporta el peligro de la aparición de puntos de presión y por lo tanto sólo nos queda recurrir a un tipo de zapatillas de aquellas que algunos considerábamos de "abuelete" pero que comportan ciertas dificultades ya que acostumbran a tener la abertura un tanto estrecha o con gomas que para nosotros pueden resultar incordiantes. Así que sin abandonar la manta tradicional a la que pronto sustituiremos por otra de forro polar, he encontrado por Internet en una tienda especializada de material de montaña la virgueria que inmortaliza la fotografía.

No son la panacea pero ayudan bastante. Son unas zapatillas con una suela bastante flexible y con una abertura lo suficientemente generosa para facilitar la introducción de un pie relativamente deformado y de tejido sintético con una capa interna de plumón natural que logrará mantener el pie a una temperatura idónea si conseguimos que éste no se enfríe demasiado. La característica del plumón es precisamente ésa, la de mantener la temperatura corporal a raya aunque si los metemos fríos dentro de él, difícilmente logrará calentarlos. Aún así y con estos peros estoy contento con el descubrimiento. Una última recomendación; elijamos una talla más grande de la que tengamos reconocida ya que así será capaz de asumir las deformaciones del pie.